Obras en Ducilo: prioridades cuestionadas frente a la realidad de los barrios

En el Complejo Deportivo Municipal Ducilo, Berazategui, avanza una obra hidráulica impulsada por el intendente Juan José Mussi y financiada íntegramente con fondos municipales. Según informó la Secretaría de Obras Públicas, los trabajos presentan un 50% de avance y buscan mejorar el escurrimiento de las aguas de lluvia en la zona del predio deportivo.

El ingeniero Pedro Orazzi, representante del área, aseguró que “esta obra traerá una solución definitiva al lento escurrimiento de las aguas” y agregó que “en Berazategui, la obra pública no se ha frenado y es un orgullo para nosotros ver la gran evolución del distrito”.

Sin embargo, la decisión genera fuertes cuestionamientos entre los vecinos. Mientras se invierten recursos en un complejo deportivo que, si bien recuperado y modernizado, solo beneficia a un sector reducido de la población, muchos barrios de Berazategui siguen padeciendo graves problemas de anegamiento cada vez que llueve. Familias enteras conviven con calles convertidas en lagunas, viviendas rodeadas de barro y una sensación de postergación que crece con cada tormenta.

La crítica central apunta a la falta de prioridades. La inversión en clubes y espacios deportivos, muchas veces administrados con fines más políticos que comunitarios, contrasta con la ausencia de respuestas en zonas donde el agua arruina lo poco que los vecinos poseen. La lógica de destinar dinero público a proyectos que generan visibilidad y rédito político deja en segundo plano necesidades urgentes como la infraestructura básica de los barrios.

El Complejo Ducilo, con canchas de hockey, tenis, fútbol, rugby y espacios recreativos, representa un oasis de comodidades y modernidad. Pero a la par de ese césped sintético que se inaugura con discursos y fotos oficiales, hay vecinos atrapados en el barro, reclamando soluciones que no llegan. La obra pública, lejos de ser un orgullo, parece convertirse en un espejo que refleja la desigualdad en la distribución de recursos y la distancia cada vez más marcada entre el poder municipal y las verdaderas necesidades de la comunidad.