
Con argumentos que maquillan la realidad, Berazategui legaliza una práctica denunciada por su crueldad y retrocede en el reconocimiento de los derechos animales. La ordenanza desató el rechazo de juristas y organizaciones proteccionistas. Berazategui se convierte en el primer municipio del conurbano bonaerense en institucionalizar la cría de animales, bajo una figura legal que habilita lo que en esencia es una forma de explotación.