Piden prisión perpetua para el dueño de un boliche por matar a un hombre en Quilmes

Fuentes judiciales informaron que la audiencia comenzará a las 13 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, a cargo del debate que se le sigue al acusado Gustavo Adrián Vallejos (52), quien está detenido en la Unidad Penitenciaria 1 de Lisandro Olmos.

Municipios - Quilmes 31 de octubre de 2022 AOL
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La sentencia al dueño de un boliche de Quilmes que había sido condenado a prisión perpetua por el crimen de Diego Páez, asesinado de un balazo frente a su local en 2014, y que luego fue beneficiado por la Suprema Corte de Buenos Aires con un cambio de calificación, se dará a conocer mañana en los tribunales de ese partido bonaerense.

Fuentes judiciales informaron que la audiencia comenzará a las 13 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, a cargo del debate que se le sigue al acusado Gustavo Adrián Vallejos (52), quien está detenido en la Unidad Penitenciaria 1 de Lisandro Olmos.

En los alegatos de la semana pasada, el fiscal Andrés Nieva Woodgate pidió 25 años de prisión para Vallejos, mientras que la abogada María Camila Gerini, representante de la familia de la víctima e integrante del Área de Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio de Quilmes, solicitó 42.

Mientras que la defensa requirió 10 años y 6 meses de cárcel, la mínima prevista para el delito de «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma».

En junio de 2018, el TOC 4 de Quilmes, compuesto por los jueces Alberto Elio Ojeda, Mario Daniel Caputo y Andrea Vanina Calaza, condenaron a Vallejos a prisión perpetua por «homicidio calificado por alevosía», tal como lo solicitó la fiscal del juicio, Mariel Calviño.

Vallejos llegó a ese debate con el beneficio de prisión domiciliaria, que le fue revocada tras la condena y luego de que dicho tribunal pidió su inmediata detención.

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Esta condena de primera instancia fue confirmada luego por el Tribunal de Casación bonaerense; sin embargo, la defensa apeló ante la Suprema Corte de Justicia provincial que eliminó el agravante de la «alevosía» y cambió la calificación legal a «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma de guerra», el cual prevé una condena más leve que la perpetua.

A su vez, la Suprema Corte remitió las actuaciones a otro tribunal oral para que se fijara una nueva pena.

«No hay dudas de la autoría ni de la modalidad del hecho, la audiencia fue a los fines de valorar atenuantes y agravantes en base a esta nueva calificación legal y pedir una nueva pena», dijo la abogada Gerini.

El crimen de Páez ocurrió entre las 6 y las 7 de la mañana del 8 de marzo de 2014, en la vereda del local nocturno L´Zero, ubicado en avenida Pasco al 5200, de Quilmes, adonde el joven había ido a bailar junto a unos amigos.

Efectivos de la comisaría 5ta. La Cañada fueron alertados sobre la presencia de una persona baleada en la puerta del boliche, por lo que se trasladaron hacia el lugar.

Al arribar, los policías observaron que un grupo de jóvenes provocaba disturbios y constataron que en la vereda yacía muerto un hombre, luego identificado por sus amigos como Páez.

En ese momento, los manifestantes más exaltados señalaban al personal de seguridad del local bailable como los autores del crimen, por lo que se produjeron algunos incidentes.

Luego, a partir de los datos aportados por testigos presenciales del hecho, los pesquisas policiales apresaron a Vallejos y a los 15 patovicas del local.

«Al comienzo de la investigación se trató de probar la participación de los patovicas que fueron parte de la brutal golpiza previa a que lo ejecute. Llegó solamente uno a juicio y quedó absuelto», afirmó Gerini y añadió: «En la puerta del boliche había otras peleas y fue complicado que pudieran identificar a ese grupo agresor».

La letrada relató que, según sus amigos que fueron testigos del crimen, la víctima discutió con uno de los custodios en el ingreso al local bailable a los empujones y terminó siendo atacado.

La sentencia al dueño de un boliche de Quilmes que había sido condenado a prisión perpetua por el crimen de Diego Páez, asesinado de un balazo frente a su local en 2014, y que luego fue beneficiado por la Suprema Corte de Buenos Aires con un cambio de calificación, se dará a conocer mañana en los tribunales de ese partido bonaerense.

Fuentes judiciales informaron que la audiencia comenzará a las 13 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, a cargo del debate que se le sigue al acusado Gustavo Adrián Vallejos (52), quien está detenido en la Unidad Penitenciaria 1 de Lisandro Olmos.

En los alegatos de la semana pasada, el fiscal Andrés Nieva Woodgate pidió 25 años de prisión para Vallejos, mientras que la abogada María Camila Gerini, representante de la familia de la víctima e integrante del Área de Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio de Quilmes, solicitó 42.

Mientras que la defensa requirió 10 años y 6 meses de cárcel, la mínima prevista para el delito de «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma».

En junio de 2018, el TOC 4 de Quilmes, compuesto por los jueces Alberto Elio Ojeda, Mario Daniel Caputo y Andrea Vanina Calaza, condenaron a Vallejos a prisión perpetua por «homicidio calificado por alevosía», tal como lo solicitó la fiscal del juicio, Mariel Calviño.

Vallejos llegó a ese debate con el beneficio de prisión domiciliaria, que le fue revocada tras la condena y luego de que dicho tribunal pidió su inmediata detención.

Esta condena de primera instancia fue confirmada luego por el Tribunal de Casación bonaerense; sin embargo, la defensa apeló ante la Suprema Corte de Justicia provincial que eliminó el agravante de la «alevosía» y cambió la calificación legal a «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma de guerra», el cual prevé una condena más leve que la perpetua.

A su vez, la Suprema Corte remitió las actuaciones a otro tribunal oral para que se fijara una nueva pena.

«No hay dudas de la autoría ni de la modalidad del hecho, la audiencia fue a los fines de valorar atenuantes y agravantes en base a esta nueva calificación legal y pedir una nueva pena», dijo la abogada Gerini.

El crimen de Páez ocurrió entre las 6 y las 7 de la mañana del 8 de marzo de 2014, en la vereda del local nocturno L´Zero, ubicado en avenida Pasco al 5200, de Quilmes, adonde el joven había ido a bailar junto a unos amigos.

Efectivos de la comisaría 5ta. La Cañada fueron alertados sobre la presencia de una persona baleada en la puerta del boliche, por lo que se trasladaron hacia el lugar.

Al arribar, los policías observaron que un grupo de jóvenes provocaba disturbios y constataron que en la vereda yacía muerto un hombre, luego identificado por sus amigos como Páez.

En ese momento, los manifestantes más exaltados señalaban al personal de seguridad del local bailable como los autores del crimen, por lo que se produjeron algunos incidentes.

Luego, a partir de los datos aportados por testigos presenciales del hecho, los pesquisas policiales apresaron a Vallejos y a los 15 patovicas del local.

«Al comienzo de la investigación se trató de probar la participación de los patovicas que fueron parte de la brutal golpiza previa a que lo ejecute. Llegó solamente uno a juicio y quedó absuelto», afirmó Gerini y añadió: «En la puerta del boliche había otras peleas y fue complicado que pudieran identificar a ese grupo agresor».

La letrada relató que, según sus amigos que fueron testigos del crimen, la víctima discutió con uno de los custodios en el ingreso al local bailable a los empujones y terminó siendo atacado.

Según los testigos, Páez recibió una golpiza por parte del personal de seguridad y luego fue baleado por el imputado en la vereda a la altura del tórax con una pistola calibre 9 milímetros.

«Primero se escuchan unos tiros desde una terraza y los chicos atinan a tirar piedras para que dejen de pegarle pero no lo logran. En un momento sale Vallejos y le da un tiro a menos de un metro de distancia cuando estaba sin posibilidad de defensa alguna», añadió la abogada.

 

 

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